Sucedió en 1873. Los brasileños, no contentos con someter al Paraguay con la ocupación del país después de Cerro Corá, decidieron que necesitábamos un himno nacional y lo mandaron componer.
Aunque se desechó la letra, que ofendía al pueblo paraguayo, nos quedamos con la música. Es la que cantamos en homenaje a la Virgen de Caacupé: «Es tu pueblo, virgen pura».
Recordamos ese hecho hoy, cuando se celebra que el 20 de mayo de 1846, el poeta uruguayo Francisco Acuña de Figueroa obsequió la letra y partitura, del que conocemos como nuestro Himno Nacional, al entonces presidente del Paraguay don Carlos Antonio López.
Esa música durante su gobierno, nunca alcanzó la categoría de Himno Nacional Paraguayo.
A don Carlos no le convencía que hubiera sido creado para el Uruguay. Tenía sus dudas.
Luego, debido a la guerra del Uruguay contra el Paraguay como integrante de la Triple Alianza, no se lo cantó hasta que el 12 de mayo de 1934, durante el gobierno de Eusebio Ayala se produjo el decreto que le dio categoría de Himno Nacional al que lleva letra de Francisco Acuña de Figueroa y música del francés Francisco Sauvageot de Dupois,, recopilada y arreglada por el maestro Remberto Giménez entonces director del Departamento de Música del Ateneo Paraguayo.
La historia de que estuvimos a punto de poseer un himno brasilero, es contada por César Manuel Barrios, en su libro Secretos del Himno Nacional.
Ocurrió que entre 1871 y 1874, el Paraguay seguía ocupado por el Brasil. Y el presidente de la República Salvador Jovellanos, totalmente entregado a los invasores, recibió el pedido de establecer un himno nacional creado por músicos brasileños, del general Joao Antonio Silva Guimaraes.
La letra se le encargó al poeta argentino residente en Asunción, Francisco Felipe Fernández.
La música se encargó al clarinetista, Francisco Antonio Do Nascimento director de la banda del Regimiento de Infantería N° 10 que se hospedada en la Recova, sobre la avenida Colón. Se estrenó el 25 de mayo de 1873 frente al Cabildo y se distribuyó la letra y la música sin dar a conocer a los autores esperando la aceptación pública, lo que no ocurrió.
En 1874, el 25 de noviembre, se reestrenó el Himno de Acuña con música recopilada por luis Cavedagni. Era majestuoso.
Finalmente, la Canción Patriótica del brasileño se convirtió en el Himno a la Virgen de Caacupé, cuya letra fue escrita por el sacerdote Manuel Gamarra.
La melodía bella que compuso el músico brasilero, tenía una letra que no pudo ser impuesta a los paraguayos nada menos que por los ocupantes del país.
Los sones musicales -sin canto- sin embargo eran ejecutados por la banda de la Armada Nacional, hasta que el sacerdote Gamarra, entre procesión y procesión, le puso la letra que finalmente es la que cantamos cada 8 de diciembre: «Es tu pueblo virgen pura y te da tu amor y fe, Dale tu paz y ventura, En tu edén de Caacupé».
Nunca hubo reclamos por parte de Do Nascimento por el uso que se dio a su bella creación que terminó siendo el himno religioso más cantado en el Paraguay, en honor a la Virgen.
Fuente: Junta Municipal de Asunción