Se acabó el mito de que los ricos trabajan menos. En realidad trabajan lo mismo que los pobres
3 septiembre, 2022Cuando la gente discute de riqueza, a veces se perpetúa el mito de que las personas ricas lo son porque trabajan más y más duro que el resto. Recordemos que Elon Musk afirmó una vez: «Nadie puede cambiar el mundo trabajando 40 horas a la semana». Por otro lado, otra corriente de pensamiento argumenta que son las clases más bajas quienes trabajan más horas, principalmente por la necesidad económica y los bajos salarios (necesitan trabajar más para que esos bajos salarios cubran su necesidad). Surge entonces la siguiente pregunta: ¿Trabajan más los ricos o los pobres?
Trabajan lo mismo.
Los datos. Hace unos días, Ruben Mathisen, investigador de desigualidad económica y doctor en la Universidad de Bergen en Noruega, compartió en Twitter una serie de gráficos que ilustran precisamente esta cuestión. En ellos, compara las horas de trabajo de los ricos y los pobres en diferentes países y descubrió que en realidad trabajan horas similares. Para ello, ha trazado la media de horas de trabajo de diferentes percentiles de ingresos, y son similares en los diferentes países del mundo.
Comparación de horas trabajadas entre los diferentes percentiles, casos de varios países | Ruben Mathisen.
El mito pasado de los ricos. Hace unos meses, el científico de datos Sean McElwee, lo ponía en perspectiva en este artículo. Hablaba de un sector de trabajadores que vivía cansado y sobrecargado de trabajo, que eran llamados a horas intempestivas y a los que no se les permitía dormir bien por la noche. Estos trabajadores eran… banqueros de Wall Street. Según apuntaba, los superricos de hoy en día ya no se van de gira por Europa o juegan al golf empapados en ginebra. Ahora, en cambio, sus vidas están marcadas por la privación del sueño y las conferencias por zoom.
Pero hay desigualdad. Y tanto, estos banqueros y empresarios no pasan sus horas limpiado mesas o recogiendo basura: realizan un trabajo «intelectualmente satisfactorio» y reciben una gran compensación por ello. La mayoría de barrenderos o repartidores de Glovo del mundo preferirían acudir a conferencias a ponerse manos a la obra en sus precarios trabajos. Algunos pueden trabajar de lo que les gusta, sí, pero otros tienen que realizar trabajos muy duros por bajos salarios y no tienen control sobre las horas que trabajan. Y eso afecta al bienestar físico y emocional.
«Ricos trabajadores» vs «pobres vagos». Es entonces cuando esta narrativa empieza a tambalearse. Sí, los ricos están trabajando un poco más, pero lo que realmente importa aquí es que las horas trabajadas de los pobres se incrementan cada vez más y estas no se corresponden con salarios más altos. Y que estas horas no son de la misma calidad. En el pasado, los ricos lo eran desde nacimiento. Ahora, en una «meritocracia», los ricos justifican su riqueza defendiendo sus capacidades y las pocas aptitudes de los pobres. Así sienten que la distribución de la riqueza es «justa».
Al comparar con países pobres cambia la cosa. Pero la realidad es que en el mundo, la prosperidad económica aún es muy desigual. Pongamos por ejemplo el caso de Suiza, uno de los países más ricos del mundo: tienen un ingreso medio 20 veces mayor que el de las personas en Camboya. Y, ¿Quién trabaja más, las personas en países como Suiza o en países como Camboya? Los datos son claros: los trabajadores en los países más pobres en realidad tienden a trabajar más y, a veces, mucho más.
Este gráfico de Our World in Data lo ilustra: países como Camboya o Myanmar tienen algunos de los PIB per cápita más bajos pero las horas de trabajo más altas. En Camboya, el trabajador medio dedica 2.456 horas cada año, casi 900 horas más que en Suiza (1.590 horas). Y ni hemos empezado a hablar de la calidad laboral.